En los años 40, en plena II Guerra Mundial, la armada estadounidense encargó a Emeco un modelo de silla ligera, fuerte y resistente a la oxidación.
Se creó por encargo de la marina estadounidense –de ahí su nombre–, que solicitó para usar en sus barcos. Gracias al tratamiento térmico al que es sometido el aluminio durante la fabricación, este material aumenta su fuerza hasta ser tres veces más duro que el acero.
Existen diferentes versiones: con o sin brazos, tapizadas, con el asiento de madera, de oficina, taburete.
En el 2010, sale a la luz una versión de la silla Emeco original hecha de rPET. Para dar seguimiento al uso de nombres numéricos de la compañía y debido a que cada silla estaba hecha con 111 botellas recicladas de Coca-Cola, fue llamada la silla Navy 111.
Uno de los colores disponibles, y una feliz coincidencia, era rojo Coca-Cola. “Queríamos demostrar que algo hecho de plástico reciclado puede ser de alta calidad, duradero y deseable”, Gregg Buchbinder, Emeco.
La silla Navy se ha convertido en un icono con el paso del tiempo, tanto por su robustez como por el atractivo de una línea americana clásica, que se remonta a la era del optimismo post Segunda Guerra Mundial.
A partir de 2006, cuenta con 35 trabajadores y una producción de cerca de 1.000 sillas al mes. La silla tiene un tamaño de 41 cm de ancho, 50 de fondo y 86 de altura. Pesa 3,18 kg
Sin embargo, el Emeco 1006 Navy Chair se ha convertido en un icono del diseño estadounidense, apareciendo regularmente en revistas de diseño, diseños de moda y programas de televisión tales como Sex and the City y House MD.
Las sillas de Emeco están realizadas completamente en aluminio. Su trabajo es artesanal, y participan en la elaboración de cada silla múltiples artesanos y maquinas especializadas.
Su producción requiere 77 pasos que van desde la fundición hasta el lustrado. El pulido se realiza a mano y requiere una jornada completa de un trabajador para conseguir el acabado perfecto.
Rechaza imitaciones. Su calidad es inferior: las soldaduras son malas y las patas se rompen fácilmente, el aluminio se pinta para tapar defectos. Fíjate en el asiento: la original lleva el anagrama de Emeco en la parte posterior y una historia de la silla en el reverso.
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